Comunicado de Alternativa Republicana con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
El 8 de Marzo se celebra desde 1911, el Día Internacional de la Mujer. En este día, las mujeres reivindican su legítimo derecho a ser consideradas iguales a los hombres en todos los derechos y deberes, y a no ser discriminadas por razón de su sexo.
Desde 1977, la Organización de las Naciones Unidas proclamó el 8 de
Marzo como el Día Internacional de la Mujer y de la Paz Internacional,
uniendo de esta manera a la MUJER con la idea de PAZ.
Históricamente, en innumerables culturas, la mujer ha soportado una
posición subordinada hacia el hombre. Hasta el siglo XIX, la Iglesia
Católica aún debatía si las mujeres tenían alma al igual que los
hombres.
Durante la Revolución Francesa, las mujeres empezaron a tomar
conciencia de su condición subordinada ante los hombres, lo cual empezó a
cristalizar durante mediados del Siglo XIX con el nacimiento de los
movimientos sufragistas, que pedían el derecho al voto para las mujeres.
La lucha de cientos de miles de mujeres en todo el mundo ha
conseguido con enormes esfuerzos y sacrificios ir alcanzando ciertas
cotas de igualdad de derechos.
Pero el machismo, imperante en la sociedad y la economía neoliberal
en la que vivimos, impide a la mujer tener el mismo reconocimiento que
el hombre en lo que a las condiciones laborales se refiere,
particularmente en lo referido a las retribuciones salariales. En
España, según la OIT (Organización Internacional del Trabajo), es donde
más ha crecido la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, rondando
dicha brecha el 17% de media. Un reciente informe del sindicato UGT
eleva la diferencia hasta el 24%. En el caso de los contratos temporales la desigualdad entre hombres y mujeres alcanza un porcentaje escandaloso 33,7%.
Si un hombre y una mujer desempeñan el mismo puesto y con iguales
funciones y horarios, el hombre ganará un 24% más que su compañera por
el simple hecho de ser hombre, y no en base a parámetros objetivos.
Existen pocas mujeres en el mundo que hayan llegado a los más altos
cargos directivos o políticos con atribuciones ejecutivas. Es el
conocido “techo de cristal” que impide que una mujer sea Presidenta de
la República, Presidenta del Gobierno, Presidenta Ejecutiva de una gran
empresa…y cuando las ha habido se hace patente el machismo contra ellas,
descalificándolas en razón de su condición de mujer y no de la forma en
que desempeñan su cargo.
En España, hasta hace poco tiempo, una mujer con 14 años tenía edad
legal para mantener relaciones sexuales y también para casarse, edad que
hace poco subió a los 16 años, estando la mayoría de edad en los 18
años. Sin embargo, si una adolescente desea interrumpir su embarazo, el
Gobierno del Partido Popular obliga a que lo tenga que hacer con permiso
de los padres o tutores. No se sostiene tal incongruencia, pues si con
16 años una adolescente puede contraer matrimonio o mantener relaciones
sexuales, también debe poder disponer de su propio cuerpo sin
intromisiones ni chantajes de nadie. Además el consentimiento paterno
puede dar lugar a la arriesgada práctica de abortos clandestinos e
irregulares sin las necesarias garantías sanitarias, con el consiguiente
peligro para la salud de la menor.
En Alternativa Republicana creemos firmemente que la diferencia de sexos no puede implicar discriminación salarial ni de ningún tipo. Hay que terminar con la brecha salarial.
Que las mujeres deben ser propietarias de sus propias vidas y de su
propio cuerpo, sin que nadie más que ellas pueda influir en sus
decisiones: ni el estado, ni la religión, ni la sociedad, ni la moral.
Que los hombres deben luchar con las mujeres por una igualdad
completa, absoluta y real entre ambos sexos, puesto que si mujeres y
hombres viven en una igualdad real hará de ambos sexos seres libres y
completos, dejando atrás las lacras del machismo, el patriarcado, la
misoginia o el sexismo.
Que la erradicación de la violencia de género ha de ser un objetivo
prioritario e irrenunciable. Ha de ser afrontado con decisión sin
escatimar recursos atacando en todos los frentes las causas que
engendran esta terrible realidad.
Y para ello, debemos renunciar al lenguaje sexista y emplear un tipo
de lenguaje inclusivo, que no genere discriminación de ningún tipo. El
Lenguaje no es imparcial. No lo olvidemos.
Una mujer igual al hombre en derechos, hace una sociedad de libres e iguales. Una sociedad mejor.
República es Igualdad y Libertad.
Y no hay Libertad ni Igualdad cuando la mujer no es ni libre ni igual.
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